Hacía varios años que no salía al bonito. Aprovechando mi estancia en Bilbao, Imanol y Javi querían que navegásemos a vela los tres pero se me ocurrió preparar una salida de pesca de altura. Mi amigo y antiguo vecino de pantalán en Zierbena, Manu, conserva el Hotei y sale a menudo. Como es un tío fenómeno, se presta enseguida y preparamos para el sábado 23 de julio, que finalmente trasladamos al lunes 25 por el estado de la mar. Por otro lado Javi no puede venir y avisamos a Aitor de Maestre. Zarpamos sobre las 6:45 del pequeño pero acogedor puerto de Zierbena ante la atenta mirada de los dos novatos que siguen nuestros movimientos con curiosidad y expectación. Para los no iniciados explicaré que la pesca del bonito se realiza bajo la modalidad de curricán o cacea, consistente en dejar que el barco arrastre los señuelos o "sokala" desde la popa del barco a una velocidad entre 6 y 7 nudos. (un nudo equivale a 1.852 metros por hora). La sokala es un plomo de media oliva de unos 30 gr con una cola de rafia de colores variados y cubierta por encima de un pulpito de plástico o silicona. El conjunto enmascara un anzuelo doble de gran calibre y robustez. A la velocidad de cacea navega por la superficie imitando el nadar de una anchoa, y al disponer varias cañas repartidas por el ancho del barco en la popa y bandas laterales el efecto se asemeja al de un pequeño banco de peces que atrae la atención de los bonitos que lo engullen rápidamente. Los carretes son de bobina móvil y gran capacidad y se monta hilo de nylon de 1 mm o multifilamento de 0,5 mm. Ambos poseen varias decenas de kg de resistencia, necesaria para soportar el combate de estos colosos de la natación y verdaderos reyes de la pesca en nuestras costas. Las cañas de 80 libras son cortas pero fuertes y logran cansar al pez hasta el momento de izarlo a bordo con ayuda del gancho.
Sokala con calamar de vinilo |
Detalle del anzuelo |
Todo ésto lo preparamos Manu y yo mientras navegamos rumbo norte a una velocidad de 9 nudos -para lograr un consumo de combustible contenido- A bordo hay bastantes cosas que tener en cuenta. La primera es el límite de navegación que varía en función del despacho del barco y la titulación del tripulante o patrón. En el caso del Hotei está despachado para 12 millas náuticas. También hay que tener en cuenta el cupo máximo de piezas (bonito porque el atún está prohibido desde hace algunos años) que está limitado a 5 por licencia (dos en nuestro caso) y 20 por embarcación. Hay que cuidar la navegación y no perder de vista la proa para detectar cualquier obstáculo flotante que pueda poner en riesgo la embarcación y las vidas a bordo. El Hotei está equipado con piloto automático que favorece mucho la navegación y también la maniobra de cobrado de piezas evitando que un tripulante deba permanecer de forma constante al timón y permitiendo que los cuatro podamos compartir todas las tareas en la bañera de popa, aunque sin dejar de ojear la proa constantemente. También es interesante comprobar la profundidad en la carta (el bonito rara vez caza en menos 200-300 metros de profundidad) así como la sonda para detectar la presencia de bancos de alimento que puedan atraerles.
Así las cosas largamos aparejos sobre la batimétrica de 500 metros y enseguida aparecen manadas de delfines que juguetean alrededor del barco cruzando bajo él y saltando juguetones. Un espectáculo que Aitor contempla agachado en la misma proa hasta lograr pasar la mano por el lomo de uno!!! De todos modos hay que aclarar que en presencia de delfines no hay bonitos así que en cuanto desaparecen personalmente me quedo más tranquilo.
Antes de las 9:00 primera picada. La carraca del carrete canta ruidosa y la adrenalina se nos dispara. Uno a recoger hilo con suavidad pero con firmeza, otro a reducir la velocidad para evitar rotura del hilo o la boca del pez y Manu al gancho desde el exterior en equilibrio sobre la plataforma de baño. Esta maniobra es crucial porque -sobre todo los grandes- garantiza el definitivo cobrado del pez hasta su ingreso a bordo. Enseguida se necesita baldear la bañera para impedir que se sequen las manchas de la sangre y resulte muy costosa la limpieza. En cuanto el pez está a bordo se vuelve a la velocidad de pesca y se largan los aparejos que se hayan recogido para evitar los líos cuando el pez se cruza de un lado a otro. Periódicamente hay que revisar todas las sokalas porque es frecuente que enganchen pequeños hilos de pesca, cabos, trapos o plásticos... Lo que inhabilita el total de señuelos porque los bonitos son tan desconfiados como voraces. Y no puedo dejar de mencionar la comida. Toda una jornada tan emocionante no sería tal sin la mesa repleta de viandas y regada con cerveza, agua y la estupenda bota de Manu...
Para no resultar repetitivo resumiré los datos más representativos:
Pesca: 10 piezas de pesos entre los 6 y 12 kilos
Distancia navegada: 80 millas
Tiempo de travesía: 11 horas
Estado de la mar: Calma-rizada menos de un metro de ola y viento NE flojo
Profundidad máxima: 2000 metros.
Una experiencia memorable. Van unas fotos y algunos videos para ilustrar todo el tostón que he soltado. Espero que os guste y dejéis algún comentario, aunque sea de envidia, jeje...
Pesca: 10 piezas de pesos entre los 6 y 12 kilos
Distancia navegada: 80 millas
Tiempo de travesía: 11 horas
Estado de la mar: Calma-rizada menos de un metro de ola y viento NE flojo
Profundidad máxima: 2000 metros.
Una experiencia memorable. Van unas fotos y algunos videos para ilustrar todo el tostón que he soltado. Espero que os guste y dejéis algún comentario, aunque sea de envidia, jeje...
Videomontaje en Youtube:
Y por último un video de Imanol con bastantes delfines y alguna cachondez más